Milán, una inspiración viva. Parte 3
El Istituto Europeo di Design @ied_milano es un lugar mágico.
La fachada es plana, con solo dos pisos y todo pintado en dos tonos de amarillo, uno para los marcos anchos y planos de cada abertura y otro para los muros.
Se ingresa por un pequeño túnel, lo suficientemente corto para rápidamente descubrir todo el glamour y la excentricidad de la creatividad europea.
En ese tramo comprimido mi corazón late de emoción y mi pecho se infla queriendo ya oxigenarme con ese aire y soltar el que traigo de casa.
Llegar al patio central es llegar a un nuevo mundo.
No conozco a nadie, llevo solo tres meses hablando el idioma. Mientras camino no puedo evitar mirar en todas las direcciones y de tanto en tanto detenerme en algún rostro, en algún atuendo, en algún gesto compartido entre amigos y compañeros de carrera.
En ese lugar coexisten múltiples realidades y es ésto lo que lo vuelve tan intensamente rico.
Allí todos estamos no solo para estudiar nuestra profesión sino también para experimentar la vida en todos sus matices. Y en eso estoy.
A dopo!