Milán, una inspiración viva. Parte 10

Llegó la semana de la moda. En Milán, se imaginan lo que eso significa.

El mundo entero atento a las expresiones creativas más fantásticas que luchan por ser protagonistas y que cuentan con escasos días para conquistar las miradas más exigentes y ser recordados, al menos por unos meses, como los diseñadores vanguardistas del momento.

Las calles se visten de turistas y de modas extravagantes que también compiten entre sí para ganar el podio del streetwear.

Reporteros, cool hunters, fashionistas, modelos, recorren la ciudad buscando recrear novelas románticas pasatistas y volver a sus ciudades con glamorosos recuerdos.

En Milán las personas se visten con especial cuidado para combinar al detalle su identidad con la de la ciudad. Y más aún en la semana de la moda.

Nosotras estamos ahí.

Nat diseña para Vivienne Westwood y nos consiguió entradas para el evento.

Cada diseñador tiene su lugar y su fiesta. Nosotras elegimos el evento de Missoni.

Atravesar la espesa multitud sin quedarme atrapada por el asombro y la curiosidad era la tarea más difícil que me había tocado. Pero Nat y Karen se dirigían con un rumbo definido, Missoni el diseñador.

Mi cuerpo avanzaba intentando alcanzar a las chicas mientras dejaba atrás la vista que tiranamente había decidido observar al detalle cada metro cuadrado que pisaba.

En el aturdimiento me chocan dos personas que bruscamente me colocan frente a él.

– Ciao, dije yo

Missoni me miró.

Ciao dijo.

Y justo cuando terminaba de decirle aquello que me había sorprendido sobre su colección, Nat y Karen me toman del brazo para irnos.

Ciao.