Londres. La entrevista. Parte 2

De los 200 CV enviados tuvimos varias entrevistas.
Hay una en particular que me gusta contar.

La agencia se llamaba Push, no existe más, al menos no ese Push que yo conocí.

Vivía mi vida como una aventura. Todo era posible.
Si bien por momentos pensaba qué haría si no conseguía trabajo no era el pensamiento dominante en absoluto, por el contrario, sentía que si me lo proponía por qué no iba a lograrlo?

De alguna manera lo vivía como un juego, porque disfrutaba cada movida, cada conquista, cada turno perdido. Y porque si no me iba bien en una mano barajaba y daba de vuelta.
Mientras tanto recorría la ciudad, sus museos, sus pubs, los barrios modernos, los eclécticos, los armoniosos, los disruptivos.

Así viví ese tiempo. Y así vivo ahora.

Muy entusiasmada les mostré mi portafolio de trabajos, en esa época eran impresos.
Tenía un porta portfolio MH Way, muy cool, vestía de color negro y caminaba mis Vans oscuras, pelo corto, y toda la confianza en mi misma para conseguir el puesto.

Pero no.

Miraron mis trabajos y me dijeron:

Vos creés que vas a conseguir trabajo con esta carpeta?

Ellos eran un estudio de diseño moderno, “rebelde”, no tenían el estilo corporativo y por eso me gustaba más y me dolió más el comentario.

Pero lejos de afectar mi estima me hicieron ver el camino que debía tomar para lograr mi objetivo.

Tenía que crecer, expandir mi creatividad, absorber todo lo que estuviera a mi alcance y si no lo estaba buscar los medios para que lo estuviera.

Larga historia corta y retomando la primera parte de estos relatos, luego de mucho vivir, observar, experimentar y crear, publiqué mi proyecto interactivo The Life Project.

Y logré mucho más que mi objetivo.

Cuando uno tiene un propósito bien claro y definido, todo lo que viva le marcará el camino. Sólo hay que saber estar atentos y tener una mente abierta.